Llegar en la más noche de las noches cuando el cielo ha dejado casi todos sus colores al lado, no de este sino de aquel, en lontananza.

Un descenso de serpientes mientras ascienden los grados de la temperatura.

Un verde perenne verde todo verde el piso verde el cielo

verde que te quiero verde

verdes pasos río verde verdes ruedas que pintan las veredas antes que autopistas a Bogotá.

Un ascenso de caderas estrechas.

Llegar con la noche en los ojos en la piel en la calle.

Amarillo de los faros, amarillo de las calles las paredes amarillas ambarinas salamandras que reptan por las calles colombianas.

El aire delgado que se interrumpe en la garganta como mascada de seda negra.

La cama angosta el agua fría el techo alto el refugio ajeno

Mas al instante entra el sol y toma asiento en la mecedora.

Al empujar las ventanas entra violenta la palma fresca que abofetea.

Café y leche pan con mermelada; la casa aunque es madre adopta.

 

*Marlon Martínez es estudiante del Doctorado en Literatura Hispánica en El Colegio de San Luis. marlonmartinezvela@gmail.com