Pensamiento filosófico, profundización a temprana edad.
Alejandra Ramírez Ordaz*
Número 4, año 2, mayo-agosto de 2015
¿En potencia o en acto? No lo sé.
No hay que forzar las cosas, no hay que desearle el mal a nadie.
Lo pienso cuando me veo en esta foto. Una pequeña, con sueños
e imaginación de volar, de crecer y hacerlo todo como sus
hermanos.
Esa era yo. Una cara llena de inocencia que merecía vivir,
merecía educación, alimento, casa y todo el amor.
¿Para qué? ¿Ahora que he cambiado lo merezco?
–La reflexión gira en torno al papel protagónico que puede cobrar la
humanidad, el valor de su existencia. Para algunos solo en la infancia
(vivir para los niños y su futuro).
Los niños lo son todo: felicidad y pureza. En este sentido vale
cuestionarse qué es lo que ha pasado con nosotros, ¿hemos perdido
estos valores y por lo tanto somos una traición de lo que fuimos? ¿Qué
queda por hacer después de respondernos? ¿Qué pasa con ese valor
en el tiempo?
No se trata de revindicar la dignidad de la vida adulta, se trata de mirar
en retrospectiva hacia uno mismo, volver a vivir para escucharse y
dialogar con uno–
*Alejandra Ramírez es tesista de Relaciones Internacionales por El Colegio de San Luis