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La crisis de refugiados chechenos. Una crítica al gobierno humanitario Ruso

Palabras clave: gobierno humanitario, derechos humanos, refugiados.

 

Adriana Zárate Escobar*

 

Número 5, año 2, septiembre-dicieimbre de 2015

 “In the Northern Caucasus, when God was sprinkling the peoples over the earth like salt, he clumsily spilled his shaker on the Caucasus Mountains. One can travel just a few kilometers and encounter an entirely different language that is mutually unintelligible to that from the last village” (Stevenson, 2006, pág. 89).

Introducción

 

Según Agier vivimos en un mundo que se está desarrollando dentro de una ficción llamada “el mundo humanitario” (2010). Esta ficción se basa en crear una identidad global llamada humanidad, la cual fomenta la unidad y no da lugar a la inequidad (Agier, 2010, pág. 32), dándonos a entender que todo ser humano, por el simple hecho de ser humano, mantiene una serie de derechos inalienables e inquebrantables: los derechos humanos. Pero ¿qué pasa cuando observamos que dentro de la concepción del Estado-Nación existen personas “más humanas que otras”? ¿O que existen personas que no son ni siquiera consideradas como tal?

 

En el presente trabajo argumento que los males[1] que existen en la actualidad dentro del territorio checheno son secuelas de la violencia que ha ejercido el Estado dentro de esta República, en donde la Federación Rusa desempeña un papel de gobierno humanitario, en el cual con una mano golpea y con la otra mano cura[2] (Agier, 2010).

 

Para lograr mi objetivo el trabajo está dividido en dos apartados. En el primer apartado haré una descripción de la relación de conflicto que existe entre la Federación Rusa y la República Chechena, la cual ha generado una crisis de refugiados dentro de la zona del Cáucaso Norte. Para entender esta crisis y brindar un breve contexto histórico sobre dicho conflicto primero utilizaré el patrón de Zolberg de reconfiguración (1983), partiendo desde la segunda guerra mundial hasta la última década del siglo XX, cambiando el orden cronológico que el autor brinda dentro de su modelo, para lograr una mejor descripción de la crisis actual que ha dado como resultado un gran número de refugiados y de desplazados chechenos.

 

Tras haber hecho esto, hago una descripción de lo que es el gobierno humanitario basándome en la teoría de Agier (2010), Arendt (1998) y Ticktin (2006), lo cual servirá para cumplir el objetivo de criticar las medidas que el gobierno Ruso ha implementado con la población chechena desde que se desató el conflicto entre ambos actores, específicamente con la solicitud que se realizó a la ONU para facilitar el suministro de ayuda humanitaria con la creación de campos de refugiados por parte del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

 

Patrón de reconfiguración de Zolberg

 

La crisis de refugiados[3] que sufre el territorio del Cáucaso Norte, específicamente de los ciudadanos chechenos, se deriva de una lucha histórica entre la República Chechena y la Federación Rusa. Por un lado, la República Chechena es un territorio que carece por completo de una identidad nacional ya que su lengua y religión son totalmente ajenas, por lo cual han buscado obtener su independencia desde comienzos del siglo XX (Stevenson, 2006). Por el otro, la Federación Rusa se muestra renuente a otorgar dicha independencia puesto que Chechenia representa un importante enclave geoestratégico, ya que cuenta con el paso de oleoductos, es un gran productor de hidrocarburos y es un punto fundamental para el paso y la distribución del petróleo (Echeverría, 2004).

 

Para comprender mejor cómo se derivó esta crisis, a continuación desarrollaré un breve contexto histórico[4] que será narrado de manera analítica utilizando el patrón de reconfiguración de Zolberg (1983, págs. 30-31), el cual consta de seis puntos que mantienen un orden cronológico en su descripción y formación pero que, para efectos de nuestro análisis, será utilizado de forma no lineal.

 

  1. En un inicio se observa una crisis política generalizada, en la cual existe un deseo independentista por parte de la República Chechena que se ve mermado por los intereses geopolíticos que la entonces URSS niega y desaprueba, creando un descontento dentro de la población chechena.

  2. Al mismo tiempo se desarrolla un contagio regional de deseos independentistas entre diferentes repúblicas que forman parte del Cáucaso Norte, (Chechenia, Ingusetia, Daguestán, Osetia del Note y Kabardino), las cuales buscan llevar a cabo una transformación territorial y desencadena en tensiones con el gobierno de la entonces URSS.

  3. Tras dar inicio la Segunda Guerra Mundial incrementan las tensiones internacionales, pues la población chechena, bajo la promesa de Alemania de otorgarles su independencia[5], decide brindar apoyo al ejército nazi para que éste invada la URSS entre 1941 y 1944,

  4. De este conflicto emerge un grupo víctima conformado por una minoría étnica, ya que, con base al apoyo prestado a Alemania en contra de la ex URSS, Stalin deporta a 500,000 chechenos e ingusetios a diferentes partes dentro del Cáucaso. Además desplaza de sus hogares a más de 1.5 millones de personas, especialmente hacia Kazajistán, Asia Central y la zona de los Montes Urales.

  5. La crisis política y las tensiones internacionales generaron un cambio en la relación entre ambos actores. A principios de la década de los 90, al desintegrarse la URSS, Rusia otorga independencia a diferentes repúblicas, pero le niega la independencia a la República Chechena, lo cual da origen a dos guerras entre ambos, la primera en 1994 y la segunda en 1999. Estas guerras produjeron muertes militares y civiles, tanto chechenas como rusas. A partir del fracaso de éstas, integrantes de la República Chechena, junto con otros grupos étnicos, deciden crear un grupo terrorista que llevará a cabo atentados en nombre de la tan buscada independencia.

  6.  Al generarse este grupo terrorista se cometieron atentados que crearon mayores víctimas dentro del Cáucaso Norte y dentro de todo el territorio ruso, los cuales siempre tenían como objetivos alcanzar 1- la independencia de la República Chechena y 2- lograr la salida de las fuerzas armadas rusas de la misma. Un ejemplo de estos atentados, pero por supuesto no el único, ha sido el ataque que se llevó a cabo en el 2004 en la escuela de Beslan, ubicada en Osetia del Norte, donde se tomaron como rehenes a 1.000 personas, de las cuales fallecieron 300 a causa de las bombas que estallaron dentro del edificio (Echeverría, 2004). El número de desplazados, refugiados y apátridas aumentó a raíz de las guerras, los atentados terroristas, las violaciones a derechos humanos y el ejercicio excesivo de la fuerza por parte de las tropas rusas, lo cual ha dado como resultado una crisis generadora de refugiados chechenos.

 

Tras haber dado este breve resumen histórico que muestra la relación entre ambos actores y cómo se ha desarrollado esta crisis de refugiados, continuaré con la descripción y crítica al gobierno humanitario.

El gobierno humanitario y su verdadera humanidad

 

El gobierno humanitario, junto con la concepción de un mundo humanitario, se basa en la ficción de que la humanidad es una identidad que todas las personas poseen por el simple hecho de ser seres humanos, el cual toma en cuenta a todos los actores que forman parte de los sectores público y privado, de organizaciones, como las afiliadas a la ONU, etcétera (Agier, 2010, pág. 34). Es un régimen que se encuentra cimentado en formar un compromiso entre personas para crear relaciones empáticas que logren demostrar que existe una humanidad en común (Ticktin, 2006, pág. 45).

 

Esto nos lleva a deducir que “el derecho a tener derechos  o el derecho que posee cada individuo a pertenecer a la humanidad tendría que ser garantizada por la misma humanidad” (Arendt, 1998, pág. 251). No obstante, esto no funciona así en la mayoría de los casos, y la prueba contundente que tengo para argumentarlo son las violaciones a derechos humanos que sufren muchas personas alrededor del mundo; las víctimas que se necesitan para que exista un gobierno humanitario (Agier, 2010). Esto prueba, como Arendt argumenta, que no todos nacemos iguales, sino que llegamos a ser iguales como miembros de un grupo que otorga reconocimiento de dicha humanidad (1998), lo que quiere decir que si un grupo no recibe ese reconocimiento podría hablarse de él como un grupo “descartable” o “menos humano”, creando una desigualdad de condiciones para cada uno de esos grupos.

 

La desigualdad se observa en el momento en que se marcan clasificaciones humanas que buscan enumerar el grado de victimización que se posee o la vulnerabilidad que se percibe. Un ejemplo de esto es la categorización de personas denominadas como minusválidas, heridas, inadecuadas, indeseables, analfabetas, etcétera. Este ejemplo además muestra que en realidad no existe una sola identidad humana, sino que existen sectores de la población que reciben la llamada “benevolencia humana” de la que nos habla Agier (2010), que incrementa esta desigualdad al momento en el que sitúa a los seres humanos en diferentes peldaños de la humanidad, creando un reconocimiento de inferioridad entre los mismos.

 

A continuación hablaré de los campos de refugiados que se han implementado para la población chechena por parte de ACNUR a partir de la primera y segunda guerra chechena entre 1994 y 1999, para criticar el actuar que el gobierno ruso ha desempeñado para, primero propiciar un ambiente de violencia e inestabilidad para los ciudadanos chechenos y después, mediante peticiones realizadas a organismos internacionales, actuar como un gobierno humanitario y responsable que se encarga de buscar ayuda y protección para todos los afectados.

 

Entre guerras y ayuda humanitaria

 

Chechenia ha experimentado dos escenarios bélicos importantes que han definido el destino de su población y de su territorio. El primer conflicto dio inicio en diciembre de 1994, terminando hasta el año de 1996, mientras que el segundo se desarrolló en 1999, ambos dentro del cargo presidencial de Boris Yeltsin.

 

Se experimentaba un ambiente de hostilidad dentro de la zona del Cáucaso Norte, debido a las intenciones separatistas que Chechenia mantenía, buscando una independencia definitiva y no de hecho de Rusia. Esto fue lo que ocasionó el estallido de la primera guerra, en la cual Yeltsin decidió atacar el territorio checheno bajo la premisa de que era su deber restaurar el orden constitucional para terminar con los ánimos independentistas de los chechenos. En este proceso bélico fallecieron docenas de miles de chechenos y se produjeron miles de refugiados, los cuales huyeron a las repúblicas de Daguestán e Ingushetia (Lara, 1995, pág. 198).

 

Tras severas críticas de la comunidad internacional y la reprobación de muchos países occidentales ante tal acontecimiento, las autoridades rusas decidieron solicitar a la Organización de Naciones Unidas suministros para brindar ayuda humanitaria. Entre 1995 y 1996 ACNUR auxilió a 92,000 personas, mientras el conflicto se desbordaba a las regiones contiguas y el conflicto desplazaba a 800,000 chechenos que permanecieron dentro de las repúblicas vecinas (ACNUR, 1996).

 

En el caso de la segunda guerra chechena, Chelysheva[6] estima como objetivos principales del gobierno ruso el mantenimiento del control sobre Chechenia, pero también propiciar un ambiente favorable para el próximo candidato al poder, Vladimir Putin, argumentando que los teólogos políticos del Kremlin buscaban “conseguir reconocimiento del todavía no muy conocido coronel de Servicio de Seguridad Federal (FSB) entre el electorado, decidiendo organizar una pequeña guerra victoriosa” (2006 ).

 

A diferencia de la primera guerra la ayuda humanitaria no llegó de la misma forma puesto que entre ambos periodos fueron asesinados seis miembros voluntarios de la Cruz Roja en un hospital de Chechenia y secuestraron a voluntarios y funcionarios de ACNUR, como Vicent Cohete, que estuvo secuestrado durante 317 días, por lo cual decidieron suspender los programas de suministro de ayuda al interior de la República Chechena, aunque continuaban  brindándola dentro de las repúblicas vecinas (ACNUR, 1996). Estas olas de violencia en contra del cuerpo humanitario se ven adjudicadas a los grupos terroristas que comenzaron a surgir dentro de este periodo de guerras; sin embargo cabe destacar el papel que las autoridades rusas jugaron en ese momento, puesto que también impidieron el paso de la ayuda humanitaria, específicamente de la Cruz Roja Internacional (Lara, 1995).

 

Basándome en lo anterior y en la teoría que Agier desarrolla sobre el gobierno humanitario podemos observar que el gobierno ruso actúa de dos formas dentro de ambos periodos del conflicto: 1) en un inicio brinda argumentos para realizar una intervención territorial, la cual daría como resultado miles de muertes, desplazados y refugiados chechenos, violando los derechos humanos de los ciudadanos de esta República y de las colindantes, realizando atrocidades como violaciones sexuales, tortura, incineraciones de civiles, etcétera (Lara, 1995), lo que se podría calificar como genocidio, según fue dictado por la Asamblea General en 1948 en la  Convención sobre el genocidio[7], ya que cumple con todos los términos suficientes para ser considerado como tal. 

 

2) Tras haber realizado estas intervenciones por parte del ejército ruso, el gobierno cumple su papel de gobierno humanitario pidiendo asistencia para los refugiados y desplazados a organizaciones internacionales como ACNUR y más tarde al Comité Internacional de la Cruz Roja –aunque después impediría su entrada–, lo cual cumple con mi premisa de una ficción humanitaria que se vuelve real; un problema que es ocasionado por un mismo actor que intentará resarcir el daño después, golpeando para después curar, como Agier describiría. Muestra esa benevolencia humanitaria hacia una población “indeseable” que se percibe dentro de los campos de refugiados, pero además muestra un ejercicio excesivo de poder por parte del propio Estado, ya que no sólo destruye vidas y desplaza personas inocentes, miembros de la sociedad civil, sino que también administra a las personas dentro de un territorio específico, como los campos de refugiados, lo cual muestra cómo el gobierno humanitario se vuelve totalitario ya que éste posee el poder de decidir quién vive y quién no, pero además también en qué condiciones les permite vivir (Agier, 2010).

 

Conclusiones

 

A través del trabajo realizado es posible observar y describir brevemente el conflicto que ha existido entre la República Chechena y la Federación Rusa, el cual ha desencadenado abusos, violaciones a derechos humanos, un gran número de muertes y personas desplazadas. No es fortuita la crisis de refugiados que actualmente existe y es muy probable que la relación entre ambos actores siga siendo negativa.

 

Ha existido, y permanece, una gran preocupación al observar la facilidad con la que las autoridades violentan y eliminan la concepción construida de los derechos humanos, término que se convirtió “para todos los implicados, víctimas, perseguidores y observadores en una prueba de un idealismo sin esperanza o de hipocresía chapucera y estúpida” (Arendt, 1998, pág. 227), puesto que la impunidad sigue siendo parte de la dinámica diaria dentro del territorio checheno y en de todo el mundo.

 

Pero lo que parece aún más preocupante, dentro de este caso específico, es la facilidad con la que el  Estado-Nación Ruso decide, primero intentar asimilar al grupo étnico checheno, buscando una aculturación definitiva y después, al no lograrlo, opta por su liquidación, tomándolos como un grupo humano indeseable y descartable. Esto es lo que sucede cuando para el Estado-Nación existen personas más humanas que otras, lo cual demuestra, como ya mencioné, la falta de la existencia de esta identidad humana y la ficción en la que vivimos, donde el gobierno humanitario, aquel que se encarga de nuestro resguardo y seguridad, es el mismo que propicia la violencia que produce víctimas, las cuales necesita para seguir existiendo.

 

Por último me gustaría agregar que existe una probabilidad de que en un futuro este crimen de lesa humanidad sea clasificado como un genocidio, ya que desafortunadamente cumple con todos los elementos para ser considerado como tal; sin embargo espero que no sea hasta ese momento en el que la comunidad internacional decida intervenir, puesto que las ruinas podrán reconstruirse, pero las vidas perdidas jamás podrán ser recuperadas.

 

Bibliografía

 

ACNUR. (1996). Asistencia a los desplazados internos de Chechenia. Refugiados(94), 23-25.

Agier, M. (2010). Humanity as an identity and its pollitical effects (a note on camps and humanitarian government). Humanity: An International Journal of Human Rights, Humanitarianism, and Development, 1(1), 29-45.

Arendt, H. (1998). Los orígenes del totalitarismo. Taurus. Recuperado el 4 de septiembre de 2015, de https://larisadelser.wikispaces.com/file/view/Arendt-Hannah-Los-Origenes-Del-Totalitarismo.pdf

Chelysheva, O. (Noviembre de 2006 ). El conflicto de Chechenia . Barcelona .

CICR. (2011). Comité Internacional de la Cruz Roja. Recuperado el 5 de 10 de 2015, de Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio: https://www.icrc.org/spa/resources/documents/misc/treaty-1948-conv-genocide-5tdm6h.htm

Echeverría, C. (2004). Chechenia, terrorismo y contexto regional. Política Exterior, 18(102), 55-66.

Echeverría, C. (Nov-Dic de 2004). Chechenia, terrorismo y contexto regional. Política Exterior, 18(102), 55-66.

Lara, B. (1995). Chechenia: La guerra continúa. Política Exterior, 9(45), 199-202.

Stevenson, J. (2006). Flashpoints in the war on terrorism . Nueva York : Routlege .

Ticktin, M. (2006). Where ethics and politics meet: The violence of humanitarianism in France. AMERICAN ETHNOLOGIST, 33(1).

Zolberg, A. (Mayo de 1983). The Formation of New States as a Refugee-Generating Process. American Academy of Political and Social Science, 467, 24-38.

 

[1] Por males hago referencia a la inseguridad, el desempleo, el gran número de asesinatos, personas refugiadas, desplazadas, a la desconfianza regional, entre otros.

 

[2] “Striking with one hand, healing with the other” en su texto original en inglés.

 

[3] Se entiende como refugiados a: víctimas que sufren persecución política por 1) pertenecer a una categoría (raza, nacionalidad, religión, etcétera) por accidente de nacimiento o por 2) estar comprometidos con una acción específica que implique opiniones políticas (Zolberg, 1983, págs. 25-27). “Se busca que el status de refugiado no sea permanente ya que el objetivo es desembarazarse del propio status mediante la repatriación o por la nacionalización en el país de refugio” (Arendt, 1998, pág. 235).

 

[4] El contexto histórico que presento dentro del análisis del patrón de Zolberg es tomado del libro Flashpoints in the war on terrorism, editado por Derek Reveron & Jeffrey Stevenson Murer, en el año 2006, editorial Routledge.

 

[5] Consignas como “Allah above us, and Adolf Hitler besides us” (Stevenson, 2006, pág. 92) mostraban apoyo a las tropas alemanas, evento que causó descontento dentro del gobierno de Stalin.

 

[6] Periodista y defensora de los derechos humanos en Chechenia.

 

[7] Dentro de esta Convención se entiende por genocidio los actos perpetrados con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso, como: la matanza de miembros del grupo; lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo; sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial; medidas destinadas a impedir los nacimientos en el seno del grupo; traslado por fuerza de niños del grupo a otro grupo (CICR, 2011).

 

*Adriana Zárate es Estudiante de la licenciatura en Relaciones Internacionales en El Colegio de San Luis A.C. Activista de Amnistía Internacional, del grupo 22 de San Luis Potosí. adrianneocean@gmail.com

 

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