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Falsas promesas ¿Cuántas más?

Arturo Alonso Sánchez Tabales*

Número 3, año 1, enero-abril de 2015

 

Hace algunos meses atrás fuimos testigos de la presentación de un programa del gobierno federal en conjunto con el gobierno guatemalteco, llamado “Plan Frontera Sur” el cual, según afirmaban, sería la “cura” para atacar y de una vez por todas eliminar el fenómeno de la migración forzada. Hoy 7 meses después, ¿cuál es la realidad de las y los migrantes?, ¿cuáles han sido los beneficios de este programa? En concreto, ¿ha habido beneficios?

 

Considero importante hacer una aclaración acerca de la migración, la migración en sí, no es mala, es un derecho que todos y todas tenemos. ¿Cuantas veces no hemos sabido de personas que migran de sus lugares de origen, por razones laborales, académicas o culturales? ¿Acaso no conocemos algún compañero o compañera, maestro o maestra de otra nacionalidad que haya querido venirse a vivir a nuestra ciudad por simple gusto? Bueno eso también es migración y como vemos, no perjudica a un país, al contrario puede incluso llegar a enriquecer de muchas maneras la vida de un territorio. Cuando la migración se convierte en algo negativo, es cuando existen personas que por diferentes razones se ven OBLIGADAS a salir de sus países de origen hacia nuevas fronteras, poniendo en riesgo su propia integridad y afectando de muchas maneras el país del que salen, el país al que ingresan y en el caso particular de la migración de Centroamérica a Estados Unidos, el territorio por el que se tiene que cruzar, nuestro territorio, México.

 

Dejando esto en claro, sigamos analizando la solución presentada por el coordinador del programa “Plan Frontera Sur”, el senador Humberto Mayans Canabal, la cual está alejada de toda realidad y es considerada una medida superficial. Muestra de estas aseveraciones se pueden demostrar a partir de un análisis a los objetivos principales presentados tiempo atrás:

 

1) Evitar que las personas migrantes se trasladen en el tren “La Bestia”, para así no arriesgar la integridad de los migrantes.

2) Creación de estrategias para proteger y asegurar a los migrantes

3) Hacer frente a los grupos del crimen organizado que violan los derechos de los y las migrantes.

 

Si realizamos conclusiones parciales y guiadas por lo que oficialmente se nos plantea podemos llegar a pensar que estas medidas son la solución para erradicar la migración.

 

Analizando estos tres objetivos presentados, ninguno representa un solución verdadera para atacar el fenómeno de fondo, ya que después de más de medio año hemos visto que lo único que han logrado dichas medidas es que las y los migrantes busquen caminos diferentes para cruzar el país, muchos de estos llenos de viejos y nuevos peligros como muertes por deshidratación, falta de alimentos, picaduras de animales venenosos o peligros como los grupos delictivos, los cuales encuentran en estos caminos la manera perfecta de secuestrar, violar o incluso asesinar a personas migrantes.

 

El  fenómeno de esta migración forzada es causado por las realidades que se viven en países como, Guatemala, El Salvador, Belice, Nicaragua y Honduras, región que según diversos organismos internacionales se considera la  más violenta a nivel mundial, ya que la OMS establece que cuando en algún país o territorio la tasa de homicidios sobrepasa los 10 homicidios por cada 100,000 habitantes se habla ya de una epidemia de violencia. Pero ¿qué otras consecuencias genera la violencia? Sin duda una ruptura del tejido social, ya que todas las relaciones y vínculos desde las familiares hasta las comerciales y culturales se ven afectadas.

 

Desde el punto de vista económico, en la región hay una pérdida del 8% del PIB y específicamente en Honduras se habla de a pérdida del 17.5% acrecentando aún más las desigualdades que históricamente han caracterizado a estos países. Otra cifra importante para darnos cuenta del nivel de violencia y corrupción de estos países hermanos es que, por ejemplo, en Honduras se tiene la estadística que el 80% de los asesinatos quedan sin resolver.

Otra cifra importante es que según un informe del 2013 del Internal Displacement Monitoring Centre (IDMC) organismo encargado de monitorear y analizar los desplazamientos de personas, se demostró que en Honduras hubo  desplazamiento forzado a causa de la situación de violencia de poco más de  17,000 personas, cifras aterradoras, pero verídicas.

 

Quisiera mencionar que estas cifras no están nada alejadas a las realidades de la mexicanización, término polémico utilizado por el papa Francisco hace pocas semanas que, más que estigmatizar a México, hace aún más  evidente a nivel internacional las condiciones de violencia que existen en nuestro territorio causadas por el crimen organizado, la corrupción y el narcotráfico, ya que el mismo organismo (IDMC) en el 2012 reveló que en México la estadística es de 160,000 personas desplazadas desde 1994 por las mismas causas que los países vecinos.

 

Es por  esto que a  principios de este año algunos obispos del sureste mexicano preocupados por tan alarmantes situaciones se reunieron por tres días para discutir las condiciones migratorias actuales. Fue en este encuentro donde el obispo de Tehuantepec, Oaxaca, Oscar Campos Contreras, hizo una analogía muy atinada de las consecuencias de este programa: “Es como el agua, cuando le ponen un dique busca por dónde pasar, porque la migración es un fenómeno que se da por distintas causas, como la pobreza”. Él, al igual que los demás obispos, rechaza rotundamente este Plan, el cual trajo consecuencias que vulneran derechos fundamentales de muchos y muchas.

 

Es sabido que dichas medidas fueron implementadas por la presión ejercida de parte de Estados Unidos al recibir cientos de migrantes indocumentados al día, pero la falta de políticas internacionales congruentes con la realidad causan que se trate de erradicar un cáncer sin un buen diagnóstico, recomendando tratamientos que en lugar de ayudar a curar la enfermedad, la agravan, haciéndola más mortal.

 

La ciudad de San Luis Potosí  cuenta con una casa para migrantes, llamada “Casa de la Caridad Hogar del Migrante” en la cual tengo el honor de participar como voluntario, siendo parte de un colectivo llamado “Nómadas sin Rumbo”. Desde ese espacio uno puede observar las verdaderas consecuencias de ésta “cura” anunciada por el gobierno de Peña Nieto. Si bien desde hace meses el flujo migratorio ha bajado no ha sido porque las personas centroamericanas ya no cruzan la frontera sur, sino porque muchos y muchas ya no son capaces de llegar a nuestra ciudad antes de ser deportados o a consecuencia de la  trata y el tráfico de personas y peor aún victimas de extorsiones por parte de la policía. No podemos olvidar el gran flujo de menores que realizan este éxodo sin compañía de algún adulto, esta triste e indignante situación es mucho peor para ellos y ellas.

 

He sido testigo de muchos comentarios y posturas de una gran parte de nuestra sociedad que se mantiene ajena a estas realidades y tristemente relaciona a las y los migrantes con delincuentes, piensan que migran únicamente por voluntad, o  incluso realizan comentarios como “¿qué hacen aquí?, ¡que se vayan a sus país! Sin lugar a dudas son posturas que evidencian la falta de conocimiento de la verdadera causa de la migración.

 

 Hablando desde un punto más humano, se olvidan que más allá de ser hondureños, guatemaltecos, indígenas, todos somos personas y que por eso se necesita de una mayor empatía y conciencia en este tema, ser más críticos hacia las y los políticos y sus programas, que la mayoría de ocasiones actúan guiados por intereses económicos o particulares. Necesitamos seguir proponiendo y participando en la creación de nuevas  políticas públicas, exigiendo derechos para grupos vulnerables como lo son las y los migrantes.

 

Todas y todos somos migrantes. 

 

Referencias

 

J.J. Enríquez. (2014). La Migración, un Negocio para los Traficantes de Personas. 04 de marzo del 2015, de Diario Noticias Sitio web: http://www.diarionoticias.com.mx/16feb2015/16febmigracion.html

 

Elio Enríquez. (2015). Infructuoso el plan frontera sur: obispos. 04 de marzo del 2015, de La Jornada Sitio web: http://www.jornada.unam.mx/2015/01/31/sociedad/035n2soc

 

Sergio Maydeu Olivares. (2014). Centroamérica: cifras de una violencia descontrolada. 04 de marzo del 2015, de With The Voices Sitio web: http://www.withthevoices.com/2014/09/29/centroamerica-cifras-de-una-violencia-descontrolada/

 

*Estudiante de la licenciatura en Derecho en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.

arturo-tabales@hotmail.com

 

 

 

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