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Jornaleros agrícolas: los migrantes laborales en el olvido.

Entrevista a César Álvarez

Lilia Álvarez Ávalos*

Número 5, año 2, septiembre-diciembre de 2015

 

Hay patrias que te cobijan

si les conviene

y te violan los derechos

y tu forma de vivir.

Hay quienes se regresaron

de suelo extraño

otros tantos

que se fueron tan sólo

para morir.

“El emigrante”,

Los Tigres del Norte.

 

 

César Álvarez es actualmente el coordinador de proyectos de Respuesta Alternativa, una asociación civil enfocada a la promoción de los derechos humanos y el desarrollo comunitario en el estado de San Luis Potosí. Esta organización cuenta con dos proyectos enfocados a la promoción y defensa de los derechos de jornaleros agrícolas, que son: 1) Jornaleros agrícolas con visa H2A y; 2) Jornaleros internos.

 

César, ¿nos podrías decir qué es un jornalero agrícola?

 

Son las personas que se dedican al cultivo de productos agrícolas, aunque tienen la particularidad de que necesitan migrar a los ranchos o las empresas que requieran de sus servicios. Además de que sólo son laboralmente requeridos cuando es temporada de siembra o de pisca, de modo que no cuentan con certeza laboral. También habría que aclarar que si bien estos trabajadores se dedican al cultivo, no son dueños ni de los productos a cosechar ni de las tierras donde laboran, sino que únicamente venden su mano de obra al servicio de estos requerimientos.

 

¿Cuál es la razón de que haya asociaciones civiles como Respuesta Alternativa que se dediquen a la promoción de derechos de este tipo de trabajadores?

 

Lo que ocurre es que no hay instituciones de gobierno mexicano en ninguno de sus tres niveles que promuevan los derechos laborales de los trabajadores agrícolas. Para el caso de los jornaleros que van a Estados Unidos contratados con el tipo de visa H2A, ocurre que esta es una categoría de trabajo que sólo opera en aquel país, de modo que México no interviene en ningún aspecto del proceso. Mientras que para los jornaleros internos, ocurren un sin número de irregularidades que generalmente dejan a estos trabajadores desprovistos de toda seguridad social, política, económica, médica y jurídica.

 

Platícanos un poco sobre quiénes son los jornaleros agrícolas que van a Estados Unidos con la visa H2A.

 

La visa H2A es un permiso de trabajo temporal que otorga el gobierno de Estados Unidos para que personas de otros países acudan a trabajar al campo por un periodo no mayor a doce meses.

 

El problema es que como el gobierno mexicano no interviene en ninguna parte del proceso, estos jornaleros agrícolas se encuentran en un estado de vulnerabilidad muy grave, ya que suelen ser víctima de fraudes, explotación y desamparo laboral.

 

El proceso de contratación es así: la compañía contratante estadounidense manda un reclutador a México con determinado número de visas H2A ―dependiendo del número de trabajadores que requiera―. El reclutador llega a México con la totalidad de las visas pagadas y con los viáticos necesarios para transportar a los jornaleros hasta su centro de trabajo.

 

Sin embargo, es común que el reclutador cobre a los jornaleros la visa, el traslado y la alimentación, aun cuando no debiera hacerlo. Este cobro indebido e ilegal puede llevarse a cabo porque los trabajadores desconocen sus derechos y porque no hay nadie encargado de vigilar el proceso. Los cobros ilegales que hacen los reclutadores a los interesados por obtener una de estas visas van desde los $5,000 hasta $50,000 más los gastos de transporte.

 

Y esto sólo por mencionar los casos en los que el reclutador sí es quien dice ser, ya que ha habido numerosas ocasiones en las que personas se hacen pasar falsamente por reclutadores y estafan a los interesados en obtener estas visas.

 

Lo anterior puede ocurrir por las siguientes cuestiones:

  • Hay reclutadores ficticios que cobran por otorgar visas H2A.

  • Muchas veces se toma ventaja de que los interesados en estas visas no tienen dominio del inglés ni información adecuada para desmentir al falso reclutador.

  • En ocasiones, estos fraudes tienen éxito porque los reclutadores sí han sido fidedignos en el pasado y se valen de esos precedentes para estafar a la gente cuando ya no trabajan para ninguna empresa.

  • Ocurre también que los reclutadores se ofrecen a prestar con muy altos intereses el monto del costo de la visa, aprovechando así el estado de pobreza de los aspirantes.

 

 ¿Qué casos nos podrías comentar como ejemplo de estas complicaciones?

 

Hubo el caso de unos jornaleros de Xilitla que fueron defraudados por un reclutador que les cobró las visas a $15,000 pesos a cada uno. Los jornaleros tuvieron que conseguir el dinero con un prestamista local que les cobró 20% de interés mensual, es decir, tres mil pesos mensuales tan sólo de interés, lo cual es muchísimo para ellos, pues pertenecían a una población indígena con muy altos índices de pobreza. El reclutador se llevó el dinero y dejó a los jornaleros sin visa y endeudados. Los jornaleros se fueron a Estados Unidos de manera ilegal para poder pagar la deuda.

 

El sueño americano, si es que una vez existió, está lleno de complicaciones y es un camino tortuoso.

 

¿Cuáles son las tareas concretas que realiza Respuesta Alternativa al respecto?

                                              

Promover los derechos laborales de los jornaleros agrícolas y prevenir el fraude por medio de actividades de difusión. Además, se cuenta con convenios de organizaciones civiles estadounidenses que dan asesoría legal, como Global Workers.

 

Nos comentabas que además de trabajar en el caso de los jornaleros con visas H2A, se enfocaban también en los jornaleros internos, ¿quiénes son ellos y qué complicaciones tienen en su labor?

 

Este proyecto comenzó porque vimos la necesidad de realizar un diagnóstico sobre las condiciones laborales y de vida de jornaleros agrícolas del sureste mexicano y de las huastecas que acuden cada año a trabajar a la agroindustria del altiplano potosino. Se encontraron condiciones deplorables de vivienda, ya que en muchos de estos ranchos los trabajadores duermen en galeras, en suelo de tierra, en hacinamiento, entre víboras y ratas. En muchos ranchos ni siquiera hay baños, todas las necesidades fisiológicas se hacen en el monte y los alimentos se preparan con fogatas.

 

En cuando a las condiciones laborales, se encontró que no existen prestaciones para estos trabajadores, no se les paga el séptimo día, no se les reconocen las horas extras, no existe contrato, no existen servicios de salud y en algunos ranchos se encontraron condiciones de esclavitud, ya que los trabajadores no eran libres de salir de las instalaciones del rancho. Los salarios son de $110 pesos diarios aproximadamente.

 

Además, los jornaleros viajan con esposa e hijos siendo que no hay condiciones para que la familia pueda estar en el rancho y esto constituye serias violaciones a sus derechos humanos, ya que no hay posibilidad de tener una vida digna. Esto sin mencionar la explotación infantil, ya que los niños al acompañar a sus padres a trabajar, terminan trabajando también.

 

Ese es un problema que afecta a cerca de tres millones de jornaleros agrícolas en todo el país, además de que conforman el sector laboral más desprotegido en cuanto a derechos laborales y humanos se refiere, sin mencionar que son también el de mayor marginación.

 

¿Qué caso representativo ejemplificaría esta problemática?

 

En julio de 2014, un grupo de trabajadores de Guerrero y sus familias, al final de su jornada laboral, se trasladaban en una camioneta de redilas sobre la carretera 57 a la altura del Huizache rumbo a las viviendas que estaban rentando en una comunidad de la región. La camioneta se volcó por la ponchadura de una llanta. En el accidente fallecieron un bebé, un niño y un adulto. Además, el resto resultó con lesiones considerables. El patrón no se hizo responsable de este accidente de trabajo e inclusive hasta la fecha niega la relación laboral con los afectados. El chofer, que era también jornalero agrícola, fue acusado de homicidio y se le fijó una fianza de dos millones de pesos, lo cual es completamente absurdo, porque él también es una víctima de las condiciones de explotación laboral de la cual también lo eran el resto de los lesionados y fallecidos.

 

Este caso evidencia una larga lista de cosas que se estaban realizando indebidamente: los contratistas aceptaban niños y promovían la explotación infantil, no había contrato y por tanto ninguna manera de comprobar legalmente la relación laboral, no se contaban con servicios de salud y no se contaba con adecuado transporte de personal. Es terrible pensar que si la gente recurre a estos trabajos, es porque estas condiciones son todavía preferibles al lugar de donde provienen; no tendría que haber gente que se aprovechara de esto.

 

¿Cómo hace Respuesta Alternativa para trabajar estos casos?

 

A partir del diagnóstico se hicieron trabajos de incidencia con autoridades federales y estatales para gradualmente mejorar las condiciones laborales de los trabajadores agrícolas. Además, se difunde en los medios de comunicación esta problemática y en espacios de la sociedad civil se procura sensibilizar a la gente sobre estos trabajadores que parecieran estar olvidados por el país y la sociedad. Además, se realizan convenios para llevar el proceso legal de los casos, como con la planta docente y estudiantil de la Maestría en Derechos Humanos de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.

 

¿Qué recomendación harías a los lectores para contribuir y fomentar la sensibilidad al respecto de esta realidad?

 

Cada vez que probemos un producto del campo, ya sea fruta, verdura, o una ensalada gourmet, hay que valorar a la persona que la cultivó, la cuidó y la cosechó, ya que en toda esta cadena de comercio es quien menos beneficios obtiene. Por dar un ejemplo aproximado: por cada manzana que se consigue en el supermercado, del precio al que es comprada, el supermercado se queda con el 50%, los dueños del rancho que la cultivó se quedan con el 49% y los jornaleros, que fueron quienes realmente hicieron todo el trabajo de cultivo y recolección, sólo se llevan el 1% (eso sin mencionar las condiciones en las que se vieron obligados a vivir para realizar este trabajo).

 

En los temas de migración, suele salir a discusión si ésta debe ser evitada o si se deben mejorar las condiciones en que se realiza, ¿cómo ha resuelto esto Respuesta Alternativa?

 

Ocurren dos cosas. Una, que las causas de la migración suelen ser fundadas en la pobreza, de modo que promover el trabajo del jornalero como consecuencia de la pobreza, implicaría reproducir esta causa-consecuencia. Así que hay quienes pretenden evitar la consecuencia, es decir, la migración, para evitar la pobreza. Sin embargo, está la otra parte, en la que ser jornalero no es sólo sinónimo de pobreza sino de tradición familiar, de una repetición de los roles familiares que se transmiten de generación en generación y de un aspecto al que se busca aspirar como parte de la pertenencia a una comunidad; es decir, se ha vuelto un caso cultural de muchas aristas, en las que van los roles de género, el patrimonio familiar y la herencia.

 

De este modo, optamos por respetar el derecho de la gente a decidir y con base en esa decisión, fomentar mejores condiciones tanto laborales como de vida para los jornaleros agrícolas, porque creemos que sea cual sea la decisión de la gente acerca de qué hacer para vivir, todos tienen derecho a una vida digna.

 

Para terminar, ¿cómo relacionarías a los jornaleros agrícolas con la gran gama de migrantes que existen?

 

Pasa siempre con la figura del migrante que se ubica en un espacio que pareciera un limbo, que no acaba de pertenecer nunca a ningún lado. Lo que pasa particularmente con los jornaleros agrícolas es que su migración parece formal y bien regulada, al menos en el aspecto laboral, siendo que en la práctica, esto dista mucho de ser así.

 

Dicho de otra manera, los jornaleros con visas H2A forman parte de una estrategia política y económica unilateral de Estados Unidos para tener mano de obra barata y eventual. Mientras que por parte del gobierno mexicano es una omisión a su deber de proteger a sus ciudadanos.

 

Por el otro lado, están los jornaleros internos, cuyo origen es todavía más precario que los que cuentan con visa H2A, pues finalmente aquellos pudieron, aunque sea con endeudamientos, pagar por su visa, mientras que estos otros, muchas veces no cuentan con acta de nacimiento, ni identificación, ni hablan español, lo cual los deja a la deriva en cuanto a las posibilidades de defender su vida digna en las supuestas oportunidades laborales que les ofrece su país.

 

En cualquier caso, lo que hay es una gran gama de conflictos por resolver y de derechos humanos y laborales por hacer valer.

 

*Lilia Álvarez Ávalos es estudiante del Doctorado en Literatura Hispánica en El Colegio de San Luis

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